MARIA, EN LA VIDA DE LA MISION
Comenzamos el Mes de Mayo, Mes que dedicamos especialmente a Maria, la Madre de Dios y nuestra Madre, la estrella de la Evangelización. Nos ponemos cada uno de nosotros en su cuidado maternal y confiamos esta misión a nuestra querida Madre que siempre nos acoge y protege.
La misión de María estaba en el pensamiento de Dios desde siempre, desde toda la eternidad. Maria era una persona, igual a cada uno de nosotros, no sabía que era una criatura excepcional. Nosotros podemos encontrar en ella muchas cosas que imitar. Que, para ser Madre de Dios, Maria fue ‘Dotada con dones a la medida de su misión.’ Ella tenía que ser una criatura muy especial. El Padre la ‘bendecido con toda clase de bendiciones espirituales, en los cielos, en Cristo.’(Ef.1,3) Él la ha “elegido en El, antes de la creación del mundo para ser santa e inmaculada en su presencia, en el amor. (Ef.1,4) Podemos afirmar que Maria fue objeto de la predilección divina, desde antes de nacer, Dios encontró en ella un encanto o simpatía muy especial. Por eso Maria tiene una misión muy particular y única; La de hacer posible la presencia del Verbo entre nosotros. Gracias a que María aceptó la misión de ser Madre del Salvador. Lucas nos narra esa visita del Ángel a Maria (Luca 1,26-38) Dios estaba invitando a ser parte junto a Él en la obra de la salvación. El llamado de Dios es demasiado hermoso, Maria contempló el don, lo meditó y en su corazón enamorado y se entregó con entusiasmo al plan de Dios. Maria aceptó de todo corazón la voluntad divina de la salvación y se entregó a sí misma por entero a la persona y a la obra de su hijo, al Misterio de la Redención. Maria cumple la misión que Dios le da. María es el ejemplo más noble de una criatura que recibe una misión de Dios y lleva a término de modo acabada y perfecto.
Dios elige nuestra misión. No somos nosotros los que hemos decidido estar en la misión. Hoy nos agradecemos a Dios por el don de nuestra Querida Madre Maria, la primera misionera que nos siempre mantiene bajo su mirada maternal, como cada día salimos por distintos motivos del trabajo de la misión en lugares periferias, lleno de peligros y carreteras de inseguridad. Pero tenemos una Madre que siempre nos cuida y proteja. Maria que nos urge en la misión; nosotros cada día aprendemos a ser misionera con Maria la estrella del Evangelización, imitando sus virtudes. María alcanza a su prima Santa Isabel para ayudarla (Luca 1, 39...) así mismo nos alcanzamos aquellos que necesitan, aquí estamos como Maria para la misión donde nos llevamos a Jesús y damos a Jesús. También nos servimos y cuidamos a los niños de Casa Hogar “Juan Pablo II” como Maria figura maternal para ellos. Así que nos queremos vivir en ejemplo de Maria en nuestra misión. Muchas veces nos cuesta a ser misionera y vivir en la misión, allí Maria nos consuela y nos fortalece. Y nos respondemos a Dios “Aquí estoy para hacer Tu voluntad” 0 “He aquí, yo soy la esclava del señor” (Luca 1,38) con esa actitud nos entregamos nuestra vida por la misión. Pedimos a Maria que nos dé la fuerza para saber responder a Dios cada día en nuestra vida y que seamos misionera según su modelo.
María, Madre de Dios - Ruega por nosotros.
Hna. Anjana Maria CSSH